Estando en tierras lejanas de su país Vasco, precisamente en Salta, Argentina, el padre Madina recibe la noticia de la muerte de su madre. Ante la imposibilidad de viajar a despedirla, decide hacerlo por medio de la oración del Padre Nuestro, que ella le enseñó en su lengua materna, el Euskera. Así compone esta partitura memorable.
Aita Gurea o Padre Nuestro es una obra de una densidad conmovedora.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario